Guerras posmodernas
Ayer estuve en la presentación del libro "Guerras posmodernas" escrito por Jesús Manuel Pérez Triana, que edita Ediciones El Cobre, dentro de la Colección Planta 29, con la participación del BBVA y la dirección la Sociedad de las Indias Electrónicas.
Creo que nunca había estado en una presentación de un libro, así que la novedad me pudo maravillar. En cualquier caso, el acto me maravilló... y no tanto por el continente, sino por el contenido. Si estudiaste que la historia de la humanidad se divide en Eras (Antigua, Media, Moderna y Contemporánea), que sepas que estamos empezando una nueva (¿Posmoderna?) y cuyo principio se caracteriza por la descomposición del modelo estado-nación, donde la guerras no son territoriales, la trasnacionalidad domina sobre los estados-territorio y el globalización y la comunicación lo ha cambiado todo. Los conflicos se desarrollan de otra forma.
¿Y qué tiene que ver esto con la energía, tema de este blog? No estoy muy seguro, pero tiene que haber alguna relación, muy fuerte por algún sitio.
Como ya conté, me estoy leyendo el libro "Sobre el papel de la energía en la historia", en el que Eduardo Lorenzo postula, de una forma admitidamente simplista, que muchos, si no todos los conflictos que han implicado transformación social han estado vinculados a la energía. Un caso muy interesante es el Imperio Romano, cuya fuente de energía eran los esclavos suministrados gracias a las sucesivas campañas expansivas. Cuando el Imperio dejó de crecer, la falta de nuevos esclavos (el petróleo de la antigüedad, por así decirlo) favoreció el colapso de la sociedad. Así mismo, Edurado postula que cada crisis desencadena, tras una época de transición, en un nuevo sistema organizativo más conplejo necesario para gestionar los nuevos recursos energéticos, usualmente con más densidad energética pero con peor retorno energético.
Otro caso paradigmático, y menos violento que la caída del Imperio Romano, fue la revolución industrial, cuyo germen fue la máquina de vapor de Watt y el lugar fue Inglaterra. La máquina existía pero tenía un rendimiento penoso. La escasez de madera en los bosques exigió la explotación del carbón y supuso de incentivo para la mejora de la máquina, lo que provocó todo un vuelco social. El carbón tiene más contenido energético por kg, pero para explotarlo y aprovecharlo se requería de una estructura económica y social mucho más compleja. Y curiosamente, analizando el ciclo de vida del carbón, se puede deducir que para producir una cierta cantidad de energía (por ejemplo 100 kWh), se necesita invertir más energía que con la madera... y mucha más que con los esclavos. La podríamos llamar la ley de los rendimientos decrecientes.
... y vuelvo a las guerras posmodernas... Podríamos decir que Jesús habla de cómo se desarrolla el conflico mientras que Eduardo intenta explicar por qué surgen.
¿Qué papel ha tenido la energía en este profundo cambio social que nos cuenta Jesús? ¿Realmente la energía ha sido un punto clave o es un factor residual? ¿El fin de la era del petróleo barato? ¿la lucha por los recursos?
Parece que la descomposición ideológica de la URSS tuvo mucho que ver... este desmoronamiento ideológico, así como la dilución del estado-nación, favorecido por la globalización han podido fomentar el pragmatismo de los conflictos: los conflictos morales/políticos se transforman, más todavía, en conflictos por los recursos. ¿Podría ser este el punto de conexión?
No dejéis de leer Guerras posmodernas y me lo decís qué opináis: es un libro cortito pero profundo... y se publica en dominio público.
3 comentarios
Alberto -
En ese sentido hemos cambiado muy poco desde el imperio romano
Salu2
indarki -
Lobo -
http://www.ceseden.es/centro_documentacion/monografias/098.pdf