La tercera revolución industrial de Jeremy Rifkin
A grandes rasgos, Jeremy Rifkin es uno de los máximos ideólogos de la llamada "economía del hidrógeno", aunque quizás ponerle ese nombre al sistema energético propuesto por Rifkin sea simplificarlo demasiado.
Sin ser excesivamente original, las propuestas energéticas de Rifkin son muy interesantes por ser capaz de articularlas de una forma clara y coherente, lo que no es muy habitual hoy en día.
Rifkin realiza una retrospectiva histórica hasta proponer una tercera revolución industrial sustentada en un sistema de generación distribuida, emparentando el sistema energético y los sistemas de comunicaciones.
La primera revolución vino asociada al carbón y a los sistemas de comunicación como el telégrafo; la segunda, con el petróleo y los sistemas electrónicos de comunicación como el teléfono y el fax; y la tercera, según Rifkin, vendrá de la mano de los sistemas energéticos y de comunicación distribuidos: las energías renovables e internet.
No es difícil llegar a una comparación entre las redes energéticas y las redes de comunicación (recordad la que yo hice con la energía 2.0). Es posible que Rifkin haya sido uno de los primeros en hacerla.
Esta tercera revolución se basaría en tres pilares:
- Impulso máximo de las energías renovables
- Almacenamiento de hidrógeno para compensar los defases entre oferta y demanda energética.
- Una red eléctrica paneuropea fuertemente interconectada.
"Un continente totalmente interconectado de forma inteligente permite a cada país miembro de la UE producir su propia energía y compartir cualquier excedente con el resto de Europa en un enfoque de Red para garantizar la seguridad energética de la UE. Italia puede compartir su excedente de energía solar con el Reino Unido, y el Reino Unido puede compartir su excedente de energía con Portugal, (...)
El hidrógeno -apoyqdo por otros medios secundarios de almacenamiento- proporciona un portador universal a todas las formas de energía renovables, para usarse en transporte o volver a electricidad cuando sea necesario alimentar la red eléctrica."
Rifkin realiza un planteamiento visionario que, sin duda cosecha adhesiones y oposiciones. ¿Adelantado a su tiempo o utópico imposible? Posiblemente ni lo uno ni lo otro.
Este sistema energético, idealmente perfecto, no está exento de críticas en la práctica:
- Se basa en la existencia de un suministro masivo de energía capaz de satisfacer toda la demanda. Esto, defendido en un conocido informe encargado por Greenpeace es cuestionado por otros sectores.
- Exige una cantidad brutal de líneas de alta tensión cruzando por toda Europa, con importantes implicaciones ambientales y críticas sociales (quejas por campos electromagnéticos, por ejemplo). No será fácil realizar estas infraestructuras energéticas, por no hablar de las pérdidas eléctricas en transporte, que incrementarían las necesidades de generación.
- Aún cuando a día de hoy el sistema puediera cubrir el consumo energético, no solventa que nuestra sociedad se basa en un crecimiento consumo del consumo (también energético) y que la capacidad de generación de energía renovable es limitada. No es extraño deducir que tarde o temprano llegaremos al límite. La pregunta fundamental es ¿cuándo? y ¿tiene sentido preocuparse hoy por esa fecha futura? El sistema de Rifkin no establece ningún mecanismo de contención del consumo.
- El factor económico: hoy en día, las fuentes energéticas renovables son más caras, según las valoraciones económicas actuales, por supuesto. Una transición a ese sistema energético supondrá un incremento en el coste energético.
- La primera revolución industrial supuso adoptar el carbón, un combustible con mayor contenido energético que la madera, combustible precedente. Lo mismo supuso la segunda revolución, con el petróleo, de mayor poder calorífico, que sumaba la ventaja de ser líquido. Mucha gente cree -y yo también- que la peculiaridad de ascender en la "calidad energética" de la nueva fuente a adaptar utilizada favoreció su rápida introducción en el sistema y por lo tanto que supusiera una revolución. Las energías renovables son dispersas y de menor "densidad energética", por lo tanto, será más difícil que esa tercera revolución llegue de forma natural... ¿tendrá que ser inducida?
¿Son críticas como para rechazar el sistema? Creo que no. Como dije al principio, es una propuesta interesantemente clara y coherente, pero no exenta de obstáculos o inconvenientes, por supuesto. No es necesario aplicarse al 100%, por no olvidar que se pueden incorporar otros mecanismos adicionales o variantes para solucionar los problemas que puede generar o que pudiera ser el menos malo entre los sistemas a los que optar.
Sin duda puede apuntar hacia un futuro energético y ambiental más seguro.
Referencias:
Web de Jeremy Rifkin en la Foundation on Economic Trends
Liderando la tercera revolución industrial. La Nueva Agenda Energética de la Unión Europea para el Siglo XXI, por Jeremy Rifkin (pdf, 292 kb)
Leading the Way to the Third Industrial Revolution: A New Energy Agenda for the European Union in the 21st Century, by Jeremy Rifkin (pdf, 212 kb)
1 comentario
xurxo -
http://www.motordehidrogeno.net/motos-electricas-en-madrid
Yo, al igual que tú, creo que a la era del petróleo le va a suceder inexorablemente la era del hidrogeno; y ya sé que es un vector energético, pero el petróleo de alguna forma también lo es (gasolina, gasoil, naftas, queroseno, etc hay que obtenerlos mediante procesos químico-industriales). No tengo duda alguna, al igual que el caso que te comentaba en el párrafo anterior, que los procesos de obtención y almacenamiento se irán perfeccionando y haciendo cada vez más y más rentables a medida que se vayan perfeccionando las renovables y se empiecen a explotar de forma eficiente las centrales nucleares GEN IV y más tarde las centrales de fusión.
Si partimos de cómo se consume el petróleo en USA y lo extrapolamos de forma global, según este gráfico, vemos lo siguiente:
http://teleobjetivo.org/wp-content/uploads/2008/05/uso-petroleo-grafico.png
La mayor parte del consumo 47%, es consumo gasolina (turismos, motocicletas, etc- vehículos ligeros). Este consumo es fácilmente sustituible en una primera etapa por vehículos híbridos y más tarde por eléctricos o células de combustible (hidrogeno).
El 22% es combustible empleado en maquinaria pesada, transporte por carretera, ferrocarril y calefacción fundamentalmente (gasóleos). La calefacción podría sustituirse por renovables y la maquinaria pesada y transporte por carretera por renovables derivadas de biomasa de segunda generación, potenciación del transporte ferroviario eléctrico y desarrollos eficientes en tecnologías de motores térmicos.
Para terminar, y no enrollarme más, el 8% corresponde al transporte aéreo. Aquí se están haciendo pruebas con biobutanoles y combustibles sólidos.
Por tanto, la casi sustitución del 77% del consumo de petróleo tampoco se me antoja como algo tan difícilmente superable.