Urbanismo energético
Cada vez que sale el tema de la vivienda, del mercado laboral, de la calidad de vida y el medio ambiente en las ciudades, más importante me parece el "urbanismo", entendido como política, como estrategia o como ciencia social. El otro día, Esther hablaba de la Red de Ciudades por el Clima y creo sinceramente, que las ciudades y, en particular, las administraciones públicas pueden hacer mucho por el clima... con el urbanismo como herramienta energética y climática.
Todo necesita energía y la configuración de un tipo de modo de vida establece la forma y la cantidad de energía que vamos a consumir. El urbanismo es capaz de definir mucho sobre este modo de vida y cómo y cuánta energía vamos a consumir con esa forma de vivir. ¿Qué tal si llamo urbanismo energético a las relaciones entre urbanismo y energía, a las políticas energéticas incluidas en el urbanismo? Pues nada, ya tenemos otro palabrejo mi contextopedia particular.
Urbanismo no es sólo definir las alturas permitidas a los edificios o los metros cuadrados edificables o decidir cuándo y cómo pasa un suelo rústico a ser urbano. Si pensamos sólo en edificios, dejaremos el urbanismo únicamente en manos de arquitectos. No pretendo criticar a los arquitectos, pero pocas áreas profesionales me parecen tan necesarias de la interdisciplinariedad como el urbanismo: sociedad, medio ambiente, tráfico, transporte, estética, consumo energético y, por supuesto, arquitectura.
Según cómo configuremos el urbanismo, tendremos un tipo u otro de aglomeración de ciudadanos y de actividades ciudadanas: movilidad, servicios, industria.
La aglomeración de personas en un determinado lugar implica necesidad de movilidad de estas, implica servicios, suministro de energía, de agua, de alimentos.
En particular, si hablamos de energía, podemos pensar en líneas eléctricas, en consumo de combustible, en iluminación. Pero también en los propios consumos de los edificios, en el tipo de actividades permitidas, tanto de consumo como de generación.
Algo falla en la configuración de las ciudades cuando nos quejamos por igual de que no queremos instalaciones eléctricas cerca (transformadores, líneas) porque pensamos que son malas para la salud y luego nos quejamos de los cortes de luz, del servicio deficiente de la empresa distribuidora y de que esta realiza pocas inversiones en mantenimiento.
También falla cuando nos quejamos del ambiente y de la contaminación pero nos movemos (o tenemos que movernos) todos en coche, provocando esa misma contaminación y un consumo irracionalmente alto de combustibles.
Voy a hacer varios llamamientos:
- De vez en cuando, el Ayuntamiento establece y publica sus propuestas de modificación de planeamientos. Otras veces, es un Plan General de Ordenación Urbana. Molestémonos en mirarlo y opinar.
- La ordenación urbana o el urbanismo no es sólo de arquitectos… reclamemos un urbanismo interdisciplinar, tanto a las autoridades locales como a las autonómicas.
- Ya barriendo para el tema energético, los planes urbanísticos deberían incluir un análisis energético: ¿iluminación? ¿implicaciones al consumo de combustibles en el transporte, en las viviendas? ¿suministro y generación de energía? ¿de dónde, con qué implicaciones tanto a nuestra ciudad como a otras?
- El punto anterior pueden hacerlo voluntariamente las corporaciones locales, pero… ¿y si fuese una obligación establecida por una legislación nacional?
Debemos acercar las estrategias energéticas lo más posible al ciudadano, obligar a que piense las implicaciones sociales y medioambientales de su consumo energético. La energía que gasta tiene que venir de algún sitio. Sería poner unas bases para cambiar nuestro modelo energívoro.
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Yo también soy autor
3 comentarios
diop -
indarki -
Sólo funciona la página de "inicio", que incluye una serie de frases muy poco explicativas. Entre ellas, que la teoría en cuestión está registrada en una oficina de patentes, cosa que, en principio, no puedes ser: se patentan inventos o desarrollos tecnológicos, no teorías científicas.
miguel -