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Los movimientos para el ATC de residuos radiactivos

Puede que se avecine un partido de interesantes proporciones y de trascendencia sociopolítica relevante: la localización del Almacén Temporal Centralizado de residuos radiactivos.

No es la primera vez que hablo de él (1, 2 y 3) y, a grandes rasgos, la jugada es la siguiente:

Por un lado, el PSOE prometió el cierre de las centrales nucleares y, una vez en el gobierno, lanzó la Mesa Nuclear para debatir sobre esta energía. Lo que los ecologístas interpretaron, basados en las promesas electorales, que sería una mesa para planificar el cierre, se convirtió en una mesa para debatir sobre qué se hace con la energía nuclear... si sí o si no.

Por otro lado, España tiene una serie de residuos nucleares de alta actividad que necesitan un destino, así que las autoridades han decidido optar por un Almacén Temporal Centralizado a la espera de desarrollar una mejor tecnología que permita extraer más energía de esos residuos y reducir su riesgo.

A los ecologistas les parece una huida hacia adelante, porque sería consolidar el modelo de centrales nucleares; es como dar la sensación de que ya tenemos una salida a los residuos, cuando, siempre según sus tesis, no es así, el ATC es un parche. Así que el ATC debe ir asociado a un plan de cierre de las nucleares y mientras no sea así no habrá suficiente consenso social para admitir un ATC. Esto es, que los ecologistas se apuntan el "apoyo social" para arremeter contra el ATC y la política de mantenimiento de las centrales nucleares.

Pero el apoyo social, significa movilización social... ¿dónde? Aquí está el quid de la cuestión. Los ecologistas tienen que empezar a concienciar a la gente en contra del ATC y de sus maldades... ¿pero a quién? ¿En qué lugares habrá que empezar a crear red social en contra para conseguir la movilización popular? Pues ahí estamos... no se sabe. Están en proceso de decisión.

Se han filtrado algunos nombres de municipios y la guerra ha empezado con algunas escaramuzas. Creo que una de las grandes batallas en la opinión pública es la de la legitimidad democrática: construir o no construir el ATC en un lugar democráticamente elegido. ¿Qué significa "democracia" aquí? ¿Aceptado por el conjunto de los ciudadanos de un municipio o aceptado por los representantes elegidos por el conjunto de los ciudadanos?

La primera maniobra ha estado dirigida hacia los representantes, que son los que tienen que "presentar la solicitud". Los ecologistas reclamaron a los alcaldes de algunos Ayuntamientos desmientan que habían presentado esa candidatura. ¡Que den la cara! Pues parece que no ha sido así. Ni sí ni no ni blanco ni negro. Una de las pocas declaraciones públicas de las autoridades públicas vinieron desde la Junta de Castilla y León, pero es una comunidad muy grande para movilizar a todo el mundo. Lo tienen complicado, los grupos ecologistas necesitan concentrarse en lugares concretos, favorecer la formación de grupos locales sensibilizados y después crear movilización en red. Y eso no se va a poder conseguir sin un nombre donde centrarse. Así que han hecho una nueva reclamación a más altas instancias: que la lista de municipios candidatos sea pública.

Está claro que a la administración pública, a las autoridades, al gobierno y a los municipios candidatos les conviene discrección. Mi opinión - ya lo dije- es que no tiene sentido oponerse por sistema a un ATC; la huida hacia adalante es la estos grupos. Los ecologistas ya están acusando de falta de democracia y de ser un proceso de espaldas a la opinión pública. Está también claro que publicar esa lista sería darles a los movimientos ecologistas una ventaja... ¿innecesaria?

Sin embargo, en un sistema democrático... y si esa lista existe... ¿la gente no tiene derecho a saber si su municipio es candidato o no a albergar el ATC? ¿Cómo conjuntamos los derechos democráticos, la representatividad de los políticos ya elegidos, el derecho de información y el derecho de movilización social?

Entiendo la discreción de las administraciones. No comparto la actitud de los grupos ecologistas de cerrarse al ATC, cuando, hoy por hoy y aunque sea provisiona, es LA solución. Soy conciente de la poca cultura popular sobre aspectos científicos y energéticos que puedan provocar movilizaciones sociales basadas en el corazón (como si un ATC fuese un Chernobil) y no en la cabeza (ponderando riesgos, necesidades, ventajas, etc.). ¿Pero eso justifica que no podamos saber, siquiera, si nuestro alcalde opta al ATC?

Puede haber guerra si se publica esa lista o se da a conocer con tiempo suficiente para que los ecologistas organicen la resistencia. Creo que es una guerra absurda, pero la única manera parece ser  una actitud oscurantista y cuasi-conspiratoria por parte de las administaciones ¿es coste de la paz no será demasiado caro para una sociedad democrática?

1 comentario

awifredo -

Has tocado la clave, el precio político a pagar es demasiado grande. Ningún político puede permitirse una descisión como esa, sabe que tendrá a la opinión pública encima. Nosotros tenemos que poner nuestro reactor transmutador experimental donde vaya el ATC y no sabemos dónde va a ser.

Hace un tiempo comí con paco Castejón, responsable de los temas nucleares de Ecologistas en Acción y me dijo que su estrategia en la Mesa del Ministerio era el NO por sistema a todo. Pero me confesó que en algún momento esa política tendrá que cambiar porque no pueden estar sistemáticamente diciendo que no a todo. Veremos por dónde salen, pero el ATC es absolutamente necesario. Los almacenes de las centrales se están llenando y en 2010 vuelven los residuos de Vandellós que están en Francia. Cada día que pase después que expire el plazo costará muchos millones de pesetas a los contribuyentes españoles.