Apocalipsis o revolución
Me he puesto a leer este artículo de Jeremy Rifkin sobre su proclamada tercera revolución industrial y tras los dos primeros párrafos, de poco me da un infarto. En serio, entre lo que he leído y que estoy siguiendo una serie de documentales llamada "Armageddon Animal" donde explican varias extinciones masivas de animales a lo largo de la historia de La Tierra, me he creído que el fin del mundo estaba cerca.
Aún así, he seguido leyendo... Ha utilizado un mecanismo muy típico de gurús de sectas: te anuncian el fin del mundo y cuando te convencen que está todo perdido te venden su solución o religión o tecnología o libro... o te piden tu voto. Y no me ha gustado, porque Jeremy Rifkin es mucho más que un simple gurú de una secta.
Nos presenta la actual crisis como la crisis de todas las crisis. Todas juntas y todas debidas a que no nos quedan combustibles fósiles. Y eso no es así.
Los recursos energéticos no están al borde del colapso. Queda mucho petróleo y hasta pronostican una era dorada del gas. Habla de tecnologías anticuadas cuando estamos desayunando con nuevas formas de seguir extrayendo combustibles fósiles de formas que antes eran inimaginables (lease, por ejemplo, el controvertido hidro-fracking). Anuncia que todas las infraestructuras industriales, basadas en combustibles fósiles, están envejecidas y poco menos que se caen a cachos por falta de mantenimiento. Si el paro campa a sus anchas y los gobiernos y particulares están endeudados hasta el tuétano es porque todas esas instalaciones funcionan mal. Hambre y devastación.
¿En serio? Pues sí... si es que damos por buenos esos dos primeros y fatídicos párrafos.
Primero, queda mucho petróleo, lo que va quedando menos es petróleo barato. Esto es un reto económico y tecnológico muy importante, pero no una catástrofe.
Segundo, la crisis económica y monetaria está muy lejos de haber sido causada por una crisis del petróleo. Un precio alto no ayuda, por supuesto, pero de ahí a que sea la causa única del enorme desempleo en España, por ejemplo, hay mucho camino.
A partir de ahí, las propuestas son interesantes, pero quedan bastante deslegitimadas; si el diagnóstico es erróneo ¿no lo serán también sus soluciones?
El problema de las propuestas visionarias en el sector energético es que no es Internet. Lo siento. Nadie en un garaje va a inventar algo revolucionario que pondrá patas arriba todo el sector. Y tampoco lo va a conseguir un teórico que escribe artículos y libros. Y lo digo con todo el cariño del mundo hacia Rifkin, cuyos escritos recomiendo.
Desgraciadamente hay varios aspectos (casi) ineludibles:
- El sector de la energía es tecnológicamente muy maduro y los principios de la termodinámica muy tozudos.
- (Casi) todos los sistemas energéticos a desarrollar, revolucionarios o no, necesitan de mucho dinero.
- De hecho, el problema energético es que el petróleo no es tan barato como antes... bien, pues aún así, a día de hoy, en casi todos los casos el petróleo sigue siendo más barato que las propuestas revolucionarias.
- (Casi) todos ellos, requieren de mucho tiempo, demasiado para convertirse en una revolución al estilo Internet.
- El sector energético es estratégico, tanto, que tradicionalmente siempre ha estado muy regulado, por lo que cualquier cambio radical seguro que necesita algún tipo de cambio legislativo... y las cosas de palacio van despacio. Por no decir que hay "muchos palacios"... uno por país.
- Por no hablar de normativa técnica, que es fundamental porque el sector energético está muy interconectado y es imprescindible que todo sea compatible.
Todo esto y, posiblemente, alguna razón más, hacen muy complicado (por no decir, imposible) la aparición de una tecnología o sistema disruptiva que ponga todo patas arriba en un corto periodo de tiempo.
Siento decepcionar, no esperen ninguna revolución en el sector de la energía, posiblemente lo más parecido a una será cosas como el crecimiento tan grande que hubo de eólica en España o el desarrollo de la hidro-fracking, sobre todo, en Estados Unidos... ¡Ah! Tampoco habrá apocalipsis.
2 comentarios
Indarki -
Hace años, el mantra era "el petróleo se acaba". Ante las nuevas técnicas que desmontaban ese argumento, los peak-oilers descubrieron una verdad ineludible: no es necesario que el petróleo se acabe para entrar en crisis energética. Sin negarlo, ese peak-oil es mucho más complejo que un simple entrada en barrena del mundo: el fin de la era del petróleo barato complica la economía pero no tiene por qué tumbarla globalmente. Ni todas las crisis económicas están provocadas por la crisis energética, ni la crisis energética tiene por qué traer una crisis económica masiva. El capitalismo globalizado tiene la particularidad de ser muy adaptable, muy mutable y muy resistente.
Obviamente, ignorar el futuro e ineludible encarecimiento progresivo del petróleo escudándose en que queda mucho petróleo no convencional es una temeridad. Olvidarse de cuestiones puramente energéticas con gran influencia económica como la Tasa de Retorno Energético es una irresponsabilidad. Pensar que las transición a otros sistema económico-energético va a ser fácil e indoloro es tremendamente ingenuo. Pero creo que Rifkin, en su artículo, mientras muestra una versión muy pesimista en su diagnóstico de la realidad, cambia a una cara muy optimista en sus propuestas. Creo que hay capacidad de adaptación, que hay propuestas interesantes que pueden abrirse camino y que no tiene por qué ser una crisis económica constante debido a la actual crisis energética. Siempre habrá crisis energética de una u otra forma. De hecho, siempre la ha habido en muchas regiones sin acceso a una energía de calidad (electricidad) y con problemas para recopilar suficiente leña debido a la deforestación.
ingo -
Sin haber leído el libro que se comenta, creo que el futuro es no gris sino negro porque lo del peak everything (oil y todo tipo de materiales) es real. Yo también pienso que el petróleo no se va a llegar a acabar, pero el problema es que la producción conjunta de energía, oro negro junto con las otras fuentes, incluyendo las renovables, muestra un cambio de tendencia para hacerse próximamente decreciente, mientras que la demanda es siempre creciente porque así lo demanda nuestro sistema económico basado en el crecimiento infinito. Es indudable que la TRE (tasa de retorno energético) va empeorando, pero además la extracción de petróleo baja y las renovables no pueden cubrirlo.
O sea que estoy de acuerdo con la primera parte del diagnostico de Jeremy Rifkin, pero es que además estoy de acuerdo con tus otras observaciones de lo que llamas aspectos ineludibles del sector energético, no permitiendo apenas una revolución salvadora (inexorable termodinámica!!!) y por tanto complicando la situación.
Vuelvo a decir que deseo equivocarme, por lo que espero los comentarios a esta interpretación de algo tremendamente complicado de modelizar, a ver si me convencéis.
Lo comentado se extiende y refrenda con multitud de datos en muchas webs pero recomiendo un blog de referencia español (http://crashoil.blogspot.com.es/2010/06/digamos-alto-y-claro-esta-crisis.html), aunque aviso de que es tremendamente inquietante lo que aventura!.
Saludos