Los dos pilares del cambio energético
Creo que el gran problema energético, el de fondo, es que nuestra sociedad es absolutamente energívora.
Nuestro modelo económico no es el capitalismo, sino un el consumismo, una evolución suya, una mutación, un engendro, un descendiente... como queráis llamarlo. Y el paradigma es el crecimiento económico: crecer en producción, crecer en consumo, crecer en PIB. Pero producir y consumir más, salvo escasas excepciones, implica consumir y utilizar más recursos, entre ellos, los energéticos, con los problemas que ello conlleva (impacto ambiental, conflictos políticos-militares para acceder a ellos, limitación futura, agotamiento, etc.)
Esto me llevó a plantearme que es necesario un cambio en el modelo energético que conlleve un cambio en nuestra concepción energívora de la sociedad. Soy consciente que algunos van más allá, y hablan de cambio total en el modelo económico sugiriendo, incluso, el decrecimiento. No voy a entrar en eso; me quedaré en el mundo energético, ya que toca tanto el factor recurso como el factor consumo.
Sugiero dos pilares para este cambio:
Acercamiento de la producción energética al consumo, no sólo para evitar las pérdidas en el transporte, sino porque acercándolo, hacemos partícipes a los consumidores de los impactos de la producción. De ahí mi interés por la generación distribuida. El acercamiento en su máxima expresión sería impulsar la autoproducción... conectada a red, por supuesto, no vamos a desaprovechar ese gran invento. Aquí son vitales las energías renovables, ya que son muy adecuadas para este tipo de generación distribuida.
Información sobre cuánto consumimos y en qué. Esta es la gran apuesta que están haciendo empresas del mundo de las TIC como Google e IBM. La idea es fácil y Google lo explicaba muy bien con un eslogan: "Si lo puedes medir, lo puedes mejorar". Tenemos un ejemplo en la telefonía, con la que gracias a las facturas detalladas tenemos la información sobre dónde podemos recortar el gasto.
No son panaceas absolutas, porque tienen limitaciones, pero quiero llamar la atención sobre el gran inconveniente: el dinero... los pilares cuestan dinero y podéis apostar a que estos dos, también. Tanto el acercamiento entre producción y consumo como la información energética tienen un coste económico y la pregunta inevitable es ¿quién lo sufraga? ¿la compañía eléctrica, los poderes públicos, los usuarios? La respuesta no es, ni fácil, ni evidente.
La gran baza puede estar en los usuarios, que son a la vez, consumidores y ciudadanos/votantes, es decir, con capacidad de influir en una empresa y en un partido político. Pero sobre todo, tienen en su mano la posibilidad de invertir parte de sus ahorros en unos paneles o en montar un sistema de monitorización del consumo en su casa. El problema es que solemos ser muy ecologistas y sostenibles hasta que nos tocan el bolsillo: a todos nos puede gustar que nos detallen el consumo energético (más allá del cuánto hemos consumido los últimos 2 meses) de la misma forma que nos detallan las llamadas pero... ¿cuántos pagaríamos por ello? Hay un estudio que dice que el 95% de los estadounidenses estarían interesados en conocer los detalles de su consumo eléctrico, pero lo que no decía el estudio (y que me parece más intersante) es cuánto estaría dispuesto a pagar esa gente por obtener la información.
Mis disculpas por no incluir enlaces... bueno, os pongo uno para compensar: una conferencia de Tom Raftery sobre electricidad 2.0, que acabo de ver y con algunos aspectos que tienen mucho que ver con lo que he escrito en este post.
2 comentarios
indarki -
Manuel Fernández Ordóñez -
Veo en este post una bonita excusa para iniciar una discusión acerca de la generación distribuida (que no comparto demasiado, o sólo bajo ciertas circunstancias).
¿Te apuntas? ¿lo hacemos en los dos blogs simultaneamente?