Biocombustibles: apuntes para la reflexión
En el mundo de la energía se observa una visceralidad tal que cualquier dato contrario a nuestra posición inicial se cuestiona y cualquier información favorable a nuestras posiciones, por nimia o cuestinable que sea, se magnifica. El gran inconveniente es que se hacen pocas reflexiones críticas y soluciones que podrían ser buenas, pueden entrar en una vía muerta, en un camino sin salida y por lo tanto se demonice esa tecnología.
Ayer hablaba de las dudas hacia la rentabilidad energética de la energía solar fotovoltaica (memo: transcribir el artículo que menciono en los últimos párrafos del post), pero creo que son un ejemplo más claro los biocombustibles.
La posibilidad de obtener un combustible de origen vegetal es genial. El hecho de que a día de hoy, en ciertos casos, la rentabilidad energética de los biocombustibles no sea positiva no quiere decir que no tenga cierto recorrido, pero sí que debemos reflexionar sobre qué proyectos se apoyan y se impulsan.
Que la alta demanda de maíz u otros productos agrícolas en los Estados Unidos están provocando la subida del precio de alimentos básicos en México no quiere decir que todos los biocombustibles -que se caracterizan por ser obtenidos desde un amplio abanico de materias primas- sean perversos. Se pretende afirmar que los biocombustibles, por ser "renovables", siempre son buenos. Pero incluso, aunque admitamos el balance neto nulo de CO2 pueden tener implicaciones culturales, sociales y económicas a analizar: el impacto ambiental de monocultivos, su efecto en el precio de las materias primas, usos del suelo y actividades económicas que pueden ser positivas en los campos abandonados de Europa (por haber exedentes alimenticios) pero perjudicial en regiones africanas que deben su supervivencia gracias a la agricultura tradicional.
Las tecnologías no tienen por qué ser buenas en todos los lugares del mundo, de ahí que se proponga el enfoque de la tecnología (energética) para el desarrollo humano y sostenible. Ni siquiera, aún en el supuesto de que esa tecnología sea favorable en una región (asumamos las bondades de los biocombustibles en el caso Europeo), no quiere decir que sea para siempre... quizás sea una estupenda energía de transición antes del salto a una economía del hidrógeno, o quizás...
Referencias para la reflexión:
El mito de la bio-gasolina, artículo escrito por Roberto Bermejo para El Correo y del que ecoenergía extracta algunos de los párrafos más reseñables.
Food for etanol. Reflexiones para el debate, artículo escrito desde la visión de un salvadoreño: las necesidades de los EE.UU. y el etanol como combustible puesto en cuestión.
No perdamos el norte... son tecnologías energéticas que, en ciertas ocasiones (según cómo se desarrollen, según que materias primas se utilicen y según que políticas sociales, económicas y culturales se apliquen) pueden ser beneficiosas. Por ello, dejemos la visceralidad, no las desechemos, pero no las santifiquemos como si fuesen la panacea energética.
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