Estados Unidos y Kioto
Recuperando un tema que puse en mi actualización de retrasos, os voy a contar alguna cosilla de esa noticia desconcertante que hablaba del insólito apoyo de empresas americanas al protocolo de Kioto.
Uno de los mecanismos para conseguier el protocolo de Kioto es la implantación del comercio de emisiones, que en España se está materializando gracias al Plan Nacional de Asignación de Emisiones. Este comercio implica que para que puedas emitir CO2 debas tener derechos para esa emisión y que se creará una especie de "bolsa" de derechos de emisiones para que puedas comprar, si no tienes, o vender, si te sobran. El objetivo es que las empresas se esfuercen en bajar sus emisiones para que no tengan que comprar, en definitiva, internalizar costes ambientales.
Supuestamente, era una desventaja estar en un país que había ratificado el protocolo de Kioto, ya que entrar en este juego implica, en muchos casos, tener que comprar derechos o hacer inversiones para disminuir emisiones. Lo único que parecía impulsar este desagravio económico era la "conciencia ecológica mundial", que por una vez anteponía el medioambiente al dinero. Entre los opositores, se encuentran los que cuestionan la realidad del calentamiento global del planeta, pero también otros con un argumento muy interesante: Si por son pocos los países que lo ratifican (por ejemplo, sólo Europa, que tiene ya de partida una importante legislación medioambiental), puede suponer que muchas empresas se vayan desde esos países hasta otros con menores requerimientos legales-ambientales. Conclusión: conseguimos precisamente lo contrario de lo que queremos.
Ahora me encuentro con la noticia de que hay empresas estadounidenses que desean que su país ratifique el protocolo. ¿Les ha entrado la conciencia ecológica de pronto? No precisamente. La argumentación es que estas empresas, de ámbito internacional (fundamentalmente del sector energético) se ven en desventaja competitiva en los países que sí lo han ratificado. Ironías del destino. Esto es debido a que las empresas con sede en Europa, tienen la necesidad de mejorar tecnológicamente y por lo tanto, lo van a hacer, mientras que las americanas no tienen ese necesidad, por lo que tendrían "vetados" ciertos mercados. Por otro lado, al ser de un país que no ha ratificado el protocolo, parece que no pueden entrar en el "negocio" del comercio de emisiones, esto es, no pueden vender excedentes de derechos. Conclusión: se ven en desventaja y les gustaría entrar en igualdad de condiciones.
En fin, ¿alguien lo entiene? ¿alguien lo ve claro?... Sinceramente, me parece demasiado enrevesado para que me lo termine de creer. A esto, tengo que añadir, que sólo lo he visto en un periódico (concretamente el "Cinco días") y a uno le empieza a entrar la paranoia sobre el interés político que podría tener este diario; ninguno, supongo, pero sigo siendo un paranóico informativo ¡qué le vamos a hacer!
Uno de los mecanismos para conseguier el protocolo de Kioto es la implantación del comercio de emisiones, que en España se está materializando gracias al Plan Nacional de Asignación de Emisiones. Este comercio implica que para que puedas emitir CO2 debas tener derechos para esa emisión y que se creará una especie de "bolsa" de derechos de emisiones para que puedas comprar, si no tienes, o vender, si te sobran. El objetivo es que las empresas se esfuercen en bajar sus emisiones para que no tengan que comprar, en definitiva, internalizar costes ambientales.
Supuestamente, era una desventaja estar en un país que había ratificado el protocolo de Kioto, ya que entrar en este juego implica, en muchos casos, tener que comprar derechos o hacer inversiones para disminuir emisiones. Lo único que parecía impulsar este desagravio económico era la "conciencia ecológica mundial", que por una vez anteponía el medioambiente al dinero. Entre los opositores, se encuentran los que cuestionan la realidad del calentamiento global del planeta, pero también otros con un argumento muy interesante: Si por son pocos los países que lo ratifican (por ejemplo, sólo Europa, que tiene ya de partida una importante legislación medioambiental), puede suponer que muchas empresas se vayan desde esos países hasta otros con menores requerimientos legales-ambientales. Conclusión: conseguimos precisamente lo contrario de lo que queremos.
Ahora me encuentro con la noticia de que hay empresas estadounidenses que desean que su país ratifique el protocolo. ¿Les ha entrado la conciencia ecológica de pronto? No precisamente. La argumentación es que estas empresas, de ámbito internacional (fundamentalmente del sector energético) se ven en desventaja competitiva en los países que sí lo han ratificado. Ironías del destino. Esto es debido a que las empresas con sede en Europa, tienen la necesidad de mejorar tecnológicamente y por lo tanto, lo van a hacer, mientras que las americanas no tienen ese necesidad, por lo que tendrían "vetados" ciertos mercados. Por otro lado, al ser de un país que no ha ratificado el protocolo, parece que no pueden entrar en el "negocio" del comercio de emisiones, esto es, no pueden vender excedentes de derechos. Conclusión: se ven en desventaja y les gustaría entrar en igualdad de condiciones.
En fin, ¿alguien lo entiene? ¿alguien lo ve claro?... Sinceramente, me parece demasiado enrevesado para que me lo termine de creer. A esto, tengo que añadir, que sólo lo he visto en un periódico (concretamente el "Cinco días") y a uno le empieza a entrar la paranoia sobre el interés político que podría tener este diario; ninguno, supongo, pero sigo siendo un paranóico informativo ¡qué le vamos a hacer!
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