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Un poco de estabilidad energética

Después de varios post siendo bastante crítico con la política energética del Gobierno, me siento obligado a escribir, al menos una nota, sobre lo que apunta a ser una medida racionalización en el sector.

No he podido leerme de primera mano lo que se ha aprobado, así que me tengo que ceñir a lo que publican los medios (Cinco Días, Europa Press).

Por independencia energética y por favorecer un desarrollo industrial propio, interesa que las tecnologías renovables y sus industrias asociadas tengan cierto negocio. Recordemos que a precios actuales de la electricidad, muy pocas tecnologías son rentables. Así que se para pueda haber inversores que se interesen por montar esas instalaciones y pueda haber un desarrollo (con la consecuente reducción de precios), es necesario que se les pague una prima con la cual, dicha inversión sí es interesante. Esa prima la pagamos entre todos, con un sobreprecio en la tarifa. Digamos que es una contribución
solidaria (o necesaria, según se mire) para conseguir la mencionada independencia energética y el desarrollo industrial y económico.

Pero esto de la prima es un juego delicado: si no es suficiente, no sirve para nada y si te pasas, hay gente que gana mucho dinero, lo que constituye una injusticia social (pagamos todos a escote para que un particular se forre). Para eso se establecen revisiones a la prima, cuotas y demás. No creáis que el sector de las energías renovables quiere siempre primas y cuotas enormes. Este tipo de cosas provocan burbujas (como la reciente de la fotovoltaica) que no favorecen a nadie, ya que terminan pinchando y con muchas empresas en crisis.

De la burbuja fotovoltaica se pasó a un casi parón total en el sector, no sólo fotovoltaico sino también otros, ya que no se quería, y con razón, que pasara lo mismo con, por ejemplo, las termosolares ahora que hay un montón de proyectos en cola.

Tras un toma y daca, tras un ir y volver, parece que la situación legal se ha clarificado bastante con unas primas y unas cuotas bastante razonables. Sé que la prima no era para tirar cohetes, pero hay bastantes proyectos previstos, así que suena a que se ha ajustado bien. Las cuotas parecen bastante razonables para evitar un sobrecalentamiento del sector pero sin provocar un parón (500 MW por año). Y lo que es más importante: una legislación estable y a un plazo (al menos hasta 2013) suficiente para que cree inseguridad jurídica a los inversores.

Tengo la sensación de que cuando al Ministerio de Industria le dejan trabajar con tranquilidad, sin presiones políticas o de otras partes del Gobierno (incluido Presidencia), se obtienen resultados bastante eficaces. Quizás esté confundido, pero me parece ver varias corrientes influyendo en la política energética con una coordinación entre ellas bastante pobre y curiosamente, creo que Industria es quien más clara tiene su idea de lo que quiere. Más o menos acertada, tener una idea clara en política energética es fundamental. Esperemos que dure.

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