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Recuperando lecturas: arquitectura bioclimática

Aprovechando que estoy de vacaciones y antes de que caiga en la desidia, pensaba echar un vistazo a documentación sobre energía que tenía un poco olvidada.

El otro día, de hecho, ya cogí el libro "Ingenios Solares" de José Manuel Martínez, "Súper", del que ya os hablaré. Pero hoy me ha dado por coger un libro que compré ya hace tiempo y estaba publicado por el Ciemat: "Clima, lugar y arquitectura. Manual de diseño bioclimático". No es un libro muy grande y no es muy complejo, así que igual a los arquitectos no os sea de mucho interés. Pero a los aficionados a la bioclimática en general, puede ser un buen punto de partida.

Como muchos de estos libros, me gustó la introducción, donde explica el origen de los términos, su historia y la filosofía que se mueve detras.

Nosostros entendemos como "arquitectura bioblimática", aquella que optimiza sus relaciones energéticas con el entorno medioambiental, mediante su propio diseño arquitectónico.

Es importante recordar esto, ya que muchas veces se oye que esto de la arquitectura bioclimática sirve para algunos sitios y para otros no. Es un error, porque precisamente, esta arquitectura tiene en cuenta el lugar y su clima y asume que no todas las soluciones no son válidas para todas las regiones.

(...) podemos apreciar fácilmente cómo esta arquitectura no hace más que intentar recuperar toda una serie de carcterísticas y de intereses que, desde siempre, han marcado y condicionado las realizaciones de la arquitectura popular, en us papel de abrigo climático, dada lescasez de recursos y posibilidades de sus usuarios.

Esto que nos cuentan es fácilmente comprensible cuando el libro hace un poco de memoria histórica y recuerda el objetivo inicial de las construcciones arquitectónicas: estructural y energética.

La primera concibe la defensa o selección ambiental mediante sistemas estáticos y perennes, como son los muros y cubiertas en los edificios convencionales. La segunda controla el ambiente mediante recursos fungibles, dinámicos y más flxibles, como es el caso del fuego cuando se utiliza contra el frío, sustituyendo o complementado a la pared.

El libro también diferencia la arquitectura de estilo, que se realiza desde un afán de dominio, y que impresiona por su poder y perennidad y la popular, que construye el pueblo de acuerdo con sus necesidades, valores y posibilidades. En la primera, los edificios pueden contraponerse a la naturaleza y la segunda no responde a las pretensiones de la estética teórica.

La arquitectura parece una lucha de intenciones entre la funcionalidad y el diseño. Entre lo necesario y útil y el deseo de llamar la antención. La estética y lo ornamental tuvo un aliado con el progreso tecnológico en lo que se refiere al aspecto tecnológico: no importa si tienes una casa muy fría o muy caliente si tienes una buena calefacción o un buen aire acondicionado. El "progreso" eliminó la limitación inicial de escasez de recursos. La tecnología desarrolló soluciones adecuadas para cada situación. La arquitectura llegó a separarse de su objetivo energético, pudiendo producir edificios que no solo amortigüen las variaciones climáticas, sino que las amplifiquen.

La arquitectura bioclimática busca soluciones que se adapten a la situación cimática para recuperar esa orientación inicial. No debemos decir que esta arquitectura o esta otra es o no bioclimática... lo será o no según dónde la ubiques. Quizás en algunos sitios podamos encontrar un diseño para que la casa sea de consumo energético cero y en otra zona no. Eso no quiere decir que una sea más bioclimática que otra. Las dos lo serán por igual si ambas se adaptan a las condiciones climáticas y aprovecha los elementos de la naturaleza de la zona.

Esto es todo por ahora. Feliz Navidad.

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