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Tony Blair y el cambio climático

Es un poco largo, pero por su relevancia transcribo el artículo de Tony Blair que ha publicado hoy El Mundo:

UNIDAD Y REALISMO CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO, por Tony Blair

Esta es una semana que puede resultar decisiva en la lucha contra el cambio climático. El Reino Unido ha impulsado y celebrado ayer la primera reunión entre el G8 y China, India, Brasil, México y Sudáfrica de acuerdo con el nuevo estilo de diálogo de Gleneagles. Me propongo explicar las razones por las que esta reunión ha sido importante y por las que yo creo que las dificultades en torno al debate actual sobre el cambio climático adolecen del mismo problema que tantos otros aspectos de la política internacional: la resistencia a afrontar la realidad y a adoptar las medidas prácticas para atajar los problemas.

Somos conscientes de que el cambio climático es un problema de suma importancia. Además, la preocupación por la seguridad del suministro de energía y la subida de los precios del petróleo colocan la política energética en los primeros lugares del orden del día. Sin embargo, tenemos que damos’ cuenta de que no se puede abordar ningún tema de manera realista sin que Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia, Japón, China y la India actúen coordinadamente.

Tenemos que reconocer también que el Protocolo de Kioto, si bien nos encamina en la dirección correcta, no resulta suficiente. Es preciso que reduzcamos las emisiones de los gases
de efecto invernadero de forma radical a pesar de que Kioto ni siquiera recomienda estabilizarlas. En cualquier caso, el Protocolo de Kioto no obtendrá los resultados que se pretenden mientras Estados Unidos no forme parte de él. Es fácil cargar las frustraciones sobre las espaldas del Gobierno Bush, pero se olvida que el Senado se pronunció por 95 votos en contra de Kioto frente a ninguno a favor cuando era Bill Clinton el que estaba en la Casa Blanca.

Tenemos que comprender asimismo que, aun en el caso de que Estados Unidos ratifique el Protocolo de Kioto, eso no afectaría al enorme incremento de consumo de energía que vamos a ver en la India y en China. China está construyendo casi una nueva central eléctrica por semana. Necesitan el crecimiento económico para sacar de la pobreza a cientos de millones de personas, pero quieren que ese crecimiento sea sostenible. Como primera medida, tenemos que encontrar la forma de ayudarles.
El intercambio comercial de emisiones está funcionando bien en Europa a pesar de que no está resultando fácil cumplir con los objetivos de Kioto. Por otra parte, el primer periodo de cumplimiento de Kioto no termina, por supuesto, sino en 2012. El problema consiste en lo que vendrá después. ¿Será otra ronda plagada de divisiones o será más bien lo que necesitamos, es decir, una unidad sólida, racional, con base científica, que garantice el marco adecuado y con fuerza legal que incentive el desarrollo sostenible?

Hay unas enormes oportunidades en las tecnologías medioambientales y unas enormes posibilidades en el desarrollo sostenible si se consigue fomentar la adopción de un marco adecuado para la generación de energía de bajo contenido de carbono. Ahora bien, nada de esto va a ocurrir si las naciones más importantes, las desarrolladas y aquéllas que están en vías de serio, no se sientan juntas y lo resuelvan entre todas con alguna fórmula que nos permita a todas seguir creciendo, que no imponga ninguna condición competitiva que perjudique a alguien y que permita la transferencia de tecnología suficiente para que efectivamente se produzca un crecimiento sostenible.

Esta es la verdadera magnitud del problema. Sin embargo, también la actitud está cambiando. Las pruebas científicas son cada vez más definitivas. Se han registrado desastres terribles de carácter climático que han acrecentado la preocupación de la opinión pública, con independencia de que haya un vínculo claro entre unos y otro. En Estados Unidos, un buen número de los estados y una parte considerable de la industria quieren que se haga algo y ha habido en el Senado votaciones recientes que están empezando a reflejar dicha actitud. China y la India son conscientes de que, en un mundo cada vez más sensibilizado con el medio ambiente, contaminar no es una postura inteligente y causa un impacto sobre su propia población. Estas son las razones por las que la reunión de ayer ha tenido importancia. Hemos de centramos en lo que hace falta para realizar la transición a una economía que no esté basada en los combustibles fósiles. Es preciso que comprobemos hasta qué punto las tecnologías energéticas de las que actualmente disponemos -como la eólica, la solar y, sí, claro, la nuclear- junto con otras tecnologías nuevas como las células de combustible y la retirada y el almacenamiento de carbono son capaces de generar la energía de bajo contenido de carbono que el mundo necesita.

En el Reino Unido hemos sido capaces ya de reducir de manera importante las emisiones de gases de efecto invernadero y estamos en vías de cumplir nuestros objetivos conforme al Protocolo de Kioto. Dentro de unos meses pondremos en práctica nuevas medidas para alcanzar nuestro objetivo nacional de reducir las emisiones de dióxido de carbono en un 20% en el año 2010. Una de las medidas que está en estudio es la utilización de biocombustibles, que ya se ha desarrollado con éxito en Brasil y en Estados Unidos. Sólo con alcanzar en 2010 el 5% de los combustibles de fuentes renovables de energía lograríamos un efecto potencial que eliminaría más de una megatonelada de carbono.

Esta es una de las nuevas tecnologías necesarias para contribuir a atajar el cambio climático. Es preciso que creemos unas condiciones adecuadas para. aumentar las inversiones, que desarrollemos e instalemos nuevos sistemas de generación de energía de bajo contenido de carbono y que garanticemos que estos sistemas son compartidos por las economías en desarrollo. El crecimiento económico de China y de la India se alimentará de carbón, que por una parte es barato y por otra se puede conseguir con facilidad en una medida muy considerable, 10 cual podría constituir un catalizador irreductible del recalentamiento global. No obstante, podríamos minimizar su impacto si desarrolláramos y compartiéramos nuevas tecnologías del carbón.

Se trata de un punto de partida modesto pero importante sobre el que la Unión Europea ya ha llegado a un acuerdo con China para trabajar conjuntamente con vistas a la recogida y almacenamiento de las emisiones de dióxido de carbono. Estas conversaciones van por buen camino y esperamos que el primero de los proyectos esté ya en marcha para 2006.

Creo que la reunión de ayer ha tenido una importancia adicional. El hecho de que nos reuniéramos y habláramos en Londres acerca de los problemas del cambio climático va a contribuir también a crear las condiciones necesarias para que nosotros miremos más allá de 2012. Esta es la idea del proceso que las Naciones Unidas (ONU) . van a poner en marcha en Montreal durante el mes que viene. Sean cuales sean las dudas y las frustraciones que pueda haber acerca del Protocolo de Kioto y de las dificultades que nos aguardan, Montreal es importante porque se trata del único foro en el que van a tener lugar negociaciones formales sobre futuros compromisos internacionales.

Cuando arrancó la Presidencia europea del Reino Unido, me comprometí a que África y el cambio climático fueran nuestras prioridades principales. Nadie con un poco de sensatez esperaba que pudiéramos resolver de la noche a la mañana estos problemas. de dimensión global. Tenían todo el derecho del mundo, sin embargo, a esperar sólidos progresos hacia su solución. Estoy convencido de que esos progresos ya están en marcha. Es una buena noticia, asimismo, que tanto Rusia como Japón hayan dejado ya claro que; en sus períodos respectivos de Presidencia del G8, van a proseguir los trabajos que empezamos en Gleneagles.

El cambio climático sólo podrá abordarse mediante el desarrollo tecnológico y un tratado internacional sólido, vinculante y sin exclusiones. Estamos trabajando sin descanso para conseguir ambas cosas. En este año hemos observado que se ha otorgado una relevancia y una atención sin precedentes . al cambio climático. Quizá no sea éste el escenario político que algunos habrían deseado pero lo más importante es que se han dado pasos claros y firmes en dirección hacia un mundo más sostenible. Mediante este diálogo en el seno del G8 y la reunión de la ONU en Montreal del mes que viene, estamos empezando a poner los cimientos de la respuesta auténticamente global que necesitamos.

Recibido gracias al boletín de Enervía.

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