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Adaptación a los derechos de emision

Está claro que un largo fin de semana como este me ha afectado a mi costumbre de actualizar el weblog. Intentaré recuperar los buenos hábitos escribiendo sobre el polémico tema de la adaptación a la nueva filosofía derivada de los derechos de emisión.

Como ya casi todo el mundo sabe, ciertas industrias (en particular las de generación de energía por combustión) tienen la obligación de adquirir derechos de emisión de CO2 para poder emitir este gas de efecto invernadero.

La forma más barata es mediante el reparto gratuito que ya realizó el gobierno hace poco. Sin embargo, como España tiene que reducir emisiones por parte de este gas, no ha repartido tanto como querían las empresas (para algunos sectores, por debajo del 90% y a otros, la mayor parte, por encima). Esto no ha gustado a diversos grupos ecologistas, que querían que el gobierno fuera más drástico y, según he leído por ahí, tampoco les gustaba que este reparto fuera gratuito. A las empresas tampoco estaban plenamente conformes, porque les exige adquirir derechos por otras vías, con coste de dinero o inversión. Tengo que reconocer, que a mí me gustó bastante el reparto, sin entrar en detalles por sectores, ya que implica una reducción razonablemente realista y de mínimos para que pueda ser asumida por la industria. No creo que penalizar en exceso a las empresas sea bueno, ni para el medio ambiente ni para la sociedad en general.

¿Qué pasa si no tienes derechos suficientes? La filosofía es que las empresas, tendrían que comprar derechos y por lo tanto, se internalizarán en sus procesos el coste medioambiental del CO2. Aquí entran los analistas de inversiones... ¿qué tal si invertimos en un proceso productivo más eficiente y menos contaminante? De esta forma se puede fomentar la transición a teconologías más ecológicas (tal y como se ha provocado en el sector eléctrico: del carbón al gas natural).

Si la cuenta de resultados es capaz de asumirlo y no es rentable realizar la inversión, la empresa tendrá que comprar derechos de Toneladas de CO2; Ya ha entrado en marcha el mercado para el 2005 (a modo de una bolsa) y esta semana se ha estado cotizando a 8,5€/T CO2. Las primeras estimaciones venían diciendo que estaría por 10 €.

La última opción para conseguir derechos de emisión es utilizar los Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL). Este es uno de los aspectos más polémicos. En principio, la idea es buena, en mi opinión: Hay una serie de países en vías de desarrollo que no llegan, ni de lejos, a los niveles de emisión de Europa o EEUU, por ejemplo. Está claro que si estos países les diese por emitir un nivel cercano a los países desarrollados, este mundo no aguanta ni un telediario, pero tampoco es justo que no se les deje emitir más (y limitar su crecimiento) cuando el problema actual de Gases de Efecto Invernadero no es debido a ellos "¡yo también quiero contaminar tanto como tú!", nos podrían decir.

Llegados a este punto, se nos ocurre una cosa: si una empresa de Europa, por ejemplo, decide invertir de un país en vías de desarrollo que no tiene limitadas sus emisiones, y con este proyecto, consigue ahorrar emisiones de CO2, le vamos a conceder a esta empresa derechos de emisión equivalentes para emitir en Europa ¡Qué lío!. Por ejemplo; si Endesa hace un proyecto de electrificación fotovoltaica en Brasil, entonces, el CO2 ahorrado por utilizar paneles en vez de combustible se le da en forma de derechos de emisiones para ser utilizados en España. Con esto conseguimos favorecer un Desarrollo Límpio en países que no tienen la necesidad de invertir en tecnologías más limpias (usualmente, más caras).

La polémica de los MDL viene desde grupos ecologístas, que cuestionan la validez de este mecanismo para conseguir una reducción de emisiones; podría ser un coladero para conseguir derechos baratos y/o oscuros, que anulen el objetivo fundamental del sistema.

Otra crítica es la interpretación de: nosotros -los ricos- podemos contaminar a costa de que vosotros -los pobres- no contaminéis. Estamos perpetuanco el desarrollo insostenible de los países occidentales.

Un última crítica vendría por parte de las ONG para el Desarrollo. Los MDL suponen una nueva forma de Cooperación para el Desarrollo, pero con un compenente puramente económico. ¿Cuántas veces se han criticado la construcción de embalses en latinoamérica -Endesa en Chile, por ejemplo- por su impacto ambiental, social y cultural? Sin embargo, este proyecto sería un MDL.

De estas críticas, la primera no me preocupa mucho, ya que se están montando organismos internacionales y empresas auditoras independientes que controlan que los MDL se evaluan correctamente desde el punto de vista de las emisiones. La segunda, es más bien filosófica y la entrada en vigor el protocolo de Kioto y el comercio de emisiones supone un cambio suficientemente grande para la sociedad actual que me conformo con eso. La última crítica es la más peliaguda. Creo que no hay nada que garantice un desarrollo socialmente y culturalmente sostenible. Tampoco ambientalmente si la afección no es a la atmósfera. En ese aspecto, creo que no esperan desagradables sorpresas en el futuro.

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