Blogia
Indarki

Los intereses que mandan

Si alguno tenía dudas sobre qué intereses económicos mandan en este país, que ya no tenga dudas… lo hemos visto perfectamente con las dos burbujas que han explotado recientemente: la inmobiliaria y la fotovoltaica.

De la burbuja inmobiliaria poco se puede añadir: jugando con un bien básico, la vivienda, cuyo derecho incluso se incluye en la Constitución, han ganado dinero los bancos (concediendo créditos a promotoras y constructoras), las promotoras y constructoras (vendiendo y construyendo pisos), los alcaldes y concejales (con las licencias de obras, por no decir otra cosa), los bancos (sí otra vez, con los créditos a los compradores) y por supuesto, los oportunistas que compran, venden, especulan y ganan dinero sin “producir” nada.

¿Qué pasó cuando reventó? Parece que hay que ayudarles a todos… ¡pobrecitos ellos!

Os cuento cómo fue la burbuja fotovoltaica: por interés estratégico energético, económico y medioambiental se llegó al consenso de que las energías renovables hay que fomentarlas y que la mejor forma de hacerlo es establecer una prima por kWh generado.

De esa forma, la iniciativa privada tendría incentivos para invertir en estas energías y, mediante curva de experiencia, bajar precios. Esto funcionaba desde hace bastantes años y resultó muy bien con la eólica. Por las razones que fuesen (quizás por ser tecnología pendiente de madurar, mercado novedoso, incentivo económico insuficiente, etc…), a la fotovoltaica no le fue tan bien.

Así que para favorecerla más, en 2008 establecieron una prima que resultó ser demasiado alta. Ese año, invertir en fotovoltaica salía muy rentable y eso, por supuesto, atrae a inversores serios, pero también a oportunistas y especuladores.

De hecho, se hizo negocio y mucho, ya no sólo generando energía por la que te pagaban bastante, sino consiguiendo concesiones para estas instalaciones y revendiéndolas. ¿A qué esto último recuerda mucho a lo de la burbuja inmobiliaria?

El gobierno se dio cuenta rápido y cortó el grifo para las nuevas instalaciones a partir del siguiente año. Y me empiezo a preguntar… sólo tardó un año en darse cuenta y actuar (bien por ellos), pero… ¿por qué dejó que se siguiera inflando tanto tiempo la burbuja inmobiliaria?

El caso es que, el Ministerio de Industria no sólo rebajó la prima a los nuevos entrantes, sino que se plantea rebajar la prima a los del 2008, que supuestamente estaba garantizada por ley y para 25 años. Desde la industria dicen que esa medida podría tener unas consecuencias desastrosas para el sector.

Para que os hagáis una idea, y salvando las numerosas diferencias, sería algo parecido a que el Ministerio de Vivienda decretase que todos los pisos valen un 40% de lo que valen actualmente. ¿A que nadie se plantea que esto pueda suceder? Más bien, todo lo contrario, lo que se ha planteado es ayudas financieras a todos los que se enriquecieron con la burbuja como forma de salir de su reventón (¡pobrecitos!): ayudas a los bancos, a los mercados financieros, a los ayuntamientos… ¿Ayudas directas a los ciudadanos para garantizar su derecho constitucional a la vivienda? No o escasamente.

Podríais decir que en el caso inmobiliario se hizo mal y en el fotovoltaico se está haciendo bien… ¡vaya, hombre! ¡Qué casualidad! ¿Por qué tanta diligencia en un caso y tanta negligencia en el otro? Es más, ¿no era suficiente haber actuado con rapidez y pinchar la burbuja antes de que creciese tanto? ¿Hay que arriesgarse a estancar totalmente un sector industrial como el de las energías renovables? Parece que no importa si ese sector cae.

Pero en esto, aparecen los bancos e inversores (¿especuladores?) en el escenario fotovoltaico diciendo que no se debería cortar la prima de esa forma o ellos lo van a pasar muy mal (ya sabéis ¡pobrecitos!)… y ahora sí, el Ministerio de Industria se lo está pensando.

Está claro quién manda aquí... si es que había alguna duda.

1 comentario

pedro -

Totalmente de acuerdo, los bancos mandan, por ellos tambien estamos en afganistan.