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América, multinacionales y otros apagones

A raíz de las acusaciones las críticas del presidente de Nicaragua a Unión Fenosa durante la cumbre iberoamericana (sí, la del "por qué no te callas" - ver video en youtube) me ha picado la curiosidad por los casos de conflictos entre empresas multinacionales con gobiernos/ciudadanos de países empobrecidos en el sector energético.

Y la verdad es que, lo que sabemos el ciudadano común de este caso particular es sólo la punta del iceberg: a Unión Fenosa le han acusado en el llamado Tribunal Permanente de los Pueblos, hay manifestaciones en su contra y críticas por parte del gobierno nicaragüense, pero las cosas no tienen por qué ser tan maniqueas como unos nos quieren hacer creer. ¿Qué hay detrás de los continuos apagones y subidas de tarifa?

Unión Fenosa se encarga únicamente de la distribución y cobra por la electricidad consumida, pero la generación no es su responsabilidad. ¿Cómo se puede hacer una distribución adecuada si falla la generación? Es difícil, sobre todo en un escenario de precios crecientes del petróleo. A ello, hay que sumar enganches ilegales, robos de material, impagos… Y cualquier multinacional no es una hermanita de la caridad, ya lo sabemos, y espera ganar dinero.
Me surgen muchas preguntas.

¿Qué responsabilidad hay en la propia empresa y en el anterior gobierno nicaragüense en el proceso de privatización? Dos recursos de incostitucionalidad a dicho proceso entre medio permiten intuir no fue lo claro que a algunos les hubiera gustado ¿La privatización era la estrategia más adecuada para un sector tan fundamental para el desarrollo? ¿Lo es acaso, mantener ese tipo de sectores bajo un poder político con intereses políticos (internos y/o externos)?

¿Ha cumplido Unión Fenosa con las inversiones adecuadas en distribución para un país como Nicaragua? ¿Le han dejado cumplir?
¿Qué se puede esperar que haga teniendo en cuenta que es una empresa privada que busca, en mayor o menor medida, beneficios? No nos rasguemos las vestiduras… se sabía desde el mismo momento en el que se permitió su entrada.

¿Dónde están las inversiones en generación y en diversificación para conformar un parque generador robusto y amortiguar la subida del petróleo?

Puede que la ciudadanía no tenga es clara separación de actividades entre distribución y generación –al fin y al cabo, quien le cobra es Unión Fenosa- pero ¿y el gobierno? Suena como si estuviese buscando un enemigo externo para entrar los odios en otros sitios que no sea él mismo.

¿Hasta qué punto tiene la población el derecho moral de quejarse cuando el 10% de la factura eléctrica se queda sin pagar? ¿Y Unión Fenosa, de quejarse por ese impago si no puede dar un servicio adecuado?

Son demasiados incertidumbres que derivan, como siempre, en perjuicio hacia la población que, con mayor o menor justificación, lógicamente, se enfada.

Quizás lo que más me fastidia es la instrumentalización de su enfado, ya que el propio gobierno, que actuaba de acusador en la Cumbre Iberoamericana, tiene una enorme responsabilidad en aportar soluciones, regulando el sistema eléctrico, mejorando la generación, tomando medidas para evitar las estafas y robos eléctricos y, por supuesto, exigir a Unión Fenosa, una calidad eléctrica razonable.

Fijaos que no he mencionado la nacionalización entre las medidas que puede tomar el gobierno… y eso que está tan de moda entre algunos dirigentes latinoamericanos. Y es que como dijo un diputado nicaragüense, “una salida de Unión Fenosa nos hipotecaría”. Yo añado… hipoteca económica y política: ya no tendrían un enemigo al que echarle las culpas.

Os recomiendo un interesante artículo en El País, donde se muestra el problema desde el enfoque de la empresa.

Os pongo otro enlace a la noticia del juicio a Unión Fenosa en el Tribunal Permanente de los Pueblos.

Y no los he visto, pero si tenéis tiempo, seguro que es interesante echar unos vistazo a los videos que se pueden encontrar en youtube sobre Nicaragua y Unión Fenosa ... algunos de los cuales son del jucio. 

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